En post anteriores hemos hablado de las nefastas consecuencias que tiene sobre el medio ambiente el “fast fashion”, modelo de negocios que ha terminado con cientos de miles de millones de prendas en vertederos o incineradas (sí, lo escribimos bien: CIENTOS DE MILES DE MILLONES DE PRENDAS TIRADAS A LA BASURA), con la consecuente contaminación del aire y del agua.
La pregunta sigue siendo ¿qué hacemos para enfrentar este desastre ambiental producido por la industria textil a nivel global? Una respuesta sencilla es evitar comprar ropa todas las temporadas, utilizando nuestras prendas hasta el fin de su vida útil y, una vez que llegue a este punto, reutilizarla para confeccionar otras prendas o darle usos distintos (como bolsas, cojines, ropa para mascotas, etc.) Para esto, es necesario que retomemos antiguas prácticas y arreglemos nuestra ropa cuando sufra desgastes.

Arreglar la ropa para extender el tiempo de uso era habitual hace un par de generaciones: cuellos de camisas gastados, se dan vuelta y la parte sin uso queda a la vista, ropa con agujeros se puede parchar para darle un estilo vintage, los calcetines pueden zurcirse en lugar de botarlos, los cierres averiados se cambian y así, un sinfín de reparaciones que puedes hacer en casa, con hilo y aguja o, si tienes y la sabes usar, con máquina de coser.
En internet, podrás encontrar una diversidad de sitios y de cuentas en redes sociales con consejos y tutoriales para reparar la ropa en casa. También encontrarás recomendaciones e ideas para reutilizar ropa y convertirla en nuevas prendas.
En este video, te entregan 48 recomendaciones para darle nueva vida a tu ropa y así evitar que tengas que comprar nueva.
Acá tienes otras 30 ideas:
También existen programas de responsabilidad social de empresas como la marca outdoor Patagonia, que impulsa a nivel global su estrategia “Worn Wear”, dentro del cual emiten cápsulas con consejos para reparar ropo. Los puedes ver su canal de Youtube:
De todas maneras, si tienes que hacer arreglos que crees requieren mayor pericia, siempre está la opción de recurrir a la modista. Los pequeños talleres de costura han ido quedando en el pasado, debido a la alta rotación de prendas a bajo precio, que nos ha llevado a descartar nuestras prendas desgastadas ante el primer detalle: una mancha, una incipiente rotura. Hoy es hora de revivirlos. La salud del planeta hace que las modistas, costureras y sastres sean una opción para dar continuidad a nuestra ropa.