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Conoce las claves del modelo de producción “de la cuna a la cuna”

¿Crees posible que podamos evitar -no simplemente reducir – el daño que hacemos al planeta sin dejar de producir, sin detener la marcha de la economía? Parece una locura, una paradoja. Durante todo este tiempo nos hemos enfocado en las tres erres: reducir, reutilizar y reciclar con el objetivo de mitigar daños ambientales. Pero evitar este daño, sin dejar de producir…parece imposible, incluso de pensarlo.  Claro, porque lo pensamos dentro de los paradigmas a los que estamos acostumbrados.

Pero, ¿qué pasaría si cambiamos los paradigmas? ¿Si en lugar de pensar en reducir impactos ambientales, pensamos en incorporar el ecosistema dentro de un proyecto productivo?  Este cambio en la forma de pensar fue lo que impulsó, hace ya casi 20 años, al arquitecto estadounidense William McDonough a crear el enfoque “cradle-to-cradle» (en español “cuna a cuna”), conocido posteriormente como modelo de producción de ciclo cerrado.

McDonough se planteó repensar la forma en que hacemos las cosas, incorporando al ecosistema desde que diseñas un modelo de negocios, en cualquier área de la economía. Que el ecosistema sea parte del diseño significa que tu proyecto toma elementos del medio ambiente, como punto de inicio, y posteriormente devuelve beneficios al mismo medio ambiente. De ahí el nombre: de vuelta al punto de partida, de vuelta a la cuna.

Te damos un ejemplo para ilustrar este modelo:  en lugar de pensar que la construcción de un edificio debe considerar reducciones del impacto ambiental (hacer cosas para disminuir el daño), se puede pensar como un proyecto que aportará al medio ambiente, por ejemplo, incorporando vegetación que capturará el carbono, entregar aguas depuradas para aumentar la vegetación alrededor, aportar compost para abonar el entorno, etc. 

El ciclo cerrado, es la vuelta al punto de partida, donde la oposición “producción – medio ambiente” deja de tener sentido porque pasa a formar parte de un todo. Se convierte en un sistema que se potencia mutuamente.

Este modelo tiene 3 principios clave:

1.       Eliminar el concepto de residuos:  en lugar de pensar qué hacer con los residuos de los procesos, lo que debe pensar es cómo generar “alimento” para el entorno, cómo los procesos productivos en lugar de dejar desechos, producen nutrientes. Por ejemplo, alimento para que organismos produzcan compost, que beneficia a la misma tierra.

2.       Utilizar energías renovables:  solares, eólicas, (sin coma) hidráulicas, que aprovechan el curso mismo de la naturaleza.

3.       Celebrar la diversidad:  diseñar proyectos o negocios con una mirada territorial y no estandarizada implica considerar el ecosistema propio de un lugar con su diversidad natural y cultural.

En Pura Crea creemos que es posible cambiar los paradigmas ¿Te sumas?

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